lunes, 14 de octubre de 2013

Diario 5



Diario 5


20/3/18
Página 1

Mi nombre es Helena. Papá dice que tengo que hacer deberes y escribir un diario. Estamos de vacaciones porque no hay cole y papa no va al trabajo. Papá llegó ayer después de estar varios días fuera de casa. Yo llamé a la poli y creo que por eso ha vuelto.
Papá dice que no puedo salir de casa y no puedo asomarme a la ventana. Se escuchan muchos coches pitando, debe ser por las vacaciones. ¿Por qué ellos si pueden salir y yo no? 
Mi hermano se llama Javier, todavía no ha vuelto a casa. Salió ayer a buscar a papá ¿dónde estará?
Hoy voy a comer macarrones con tomate, eso me gusta.
Mamá sigue de viaje, papá dice que volverá pronto. Papá parece triste, se asoma a la ventana y se pone serio. Cuando me mira sonríe.

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21/3/18
Página 2

Buenos días querido diario. Papá hoy está enfadado pero no sé porqué. Yo creo que no he hecho nada malo, pero no lo sé.
He desayunado una tostada con mantequilla y he visto una película en el dvd de papá y he pintado. Hemos comido los macarrones que quedaban de ayer. Ahora tengo que hacer los deberes… no entiendo porque en vacaciones tengo que hacer deberes.
Papá ha sacado su vieja mochila de hacer excursiones a la montaña. Ha cogido muchas cosas, dice que a lo mejor hacemos una excursión, me encantan las excursiones. Ha cogido cuerdas, agua, ropa, su caja de herramientas y la bolsa de las medicinas. Dice que esta tarde vamos a preparar una mochila para mí.
Le he preguntado por Javier, pero dice que no me preocupe. Yo no me preocupo, pero si llegamos tarde a la excursión por culpa de ese tonto…
En la siesta me ha despertado un ruido, mi papá dice que son niños en la calle tirando petardos para celebrar las vacaciones. Seguro que ellos no tienen que hacer deberes y eso les pone contentos, han tirado un montón de petardos. También había pitos de coches, pero menos que ayer, no me he asomado a la ventana (porque papá no me deja) pero se escuchan menos, la gente se estará yendo a la playa.
Algunas veces escucho a gente jugando fuera. Mi papá dice que son niños tirándoles globos de agua a las niñas y que por eso a veces se escuchan tantos gritos.
En la tele no ponen nada… ¿Se habrá estropeado?

Bueno diario me voy que tengo que hacer matemáticas.

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22/3/18
Página 3

Hola diario. Hoy me ha despertado un petardo muy grande. Papá ha saltado de la cama y ha mirado por la ventana. Me ha dicho que no me preocupara pero yo he visto que ponía la misma cara que cuando le pregunto por Javier o mamá, y no me gusta.
Ayer preparamos mi mochila para la excursión, pero papá no me ha dejado meter nada de lo que yo quería: ni mi muñeca, ni mis botas rosas ni mi libro de pájaros. Dice que es muy importante elegir bien las cosas y ha metido agua, tiritas y cosas aburridas… me parece que esta excursión va a ser un rollo…
Ya no hay pitidos de coches en la calle, todos estarán ya en la playa, que suerte tienen. Yo he pensado que a lo mejor Javier también se ha ido a la playa sin contárselo a papá. ¿Y si yo salgo a la calle a pasear sin que papá se entere? Si Javier puede no sé porque yo no. Mañana a la hora de la siesta, cuando papá duerme en la butaca al lado de la ventana me iré de paseo.
La televisión sigue estropeada…


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23/3/18
Página 4

Papá está triste. Ayer me asomé a la ventana mientras el dormía la siesta y me asusté, grité y se despertó.
La calle estaba sucia, había coches rotos y sucios, había gente sucia y gente en el suelo y había fuego… Papá se puso a gritarme y yo lloraba… después me dijo que no pasaba nada, que era un juego, una sorpresa para mí y por eso no quería que me asomara hasta que estuviera todo preparado. Dice que vamos a jugar con todos nuestros vecinos y por eso han preparado así la calle. Me ha dicho que los hombres que están disfrazados no nos pueden ver ni oír, porque si no perderemos.

Lo que no entiendo es para qué hemos preparado las mochilas, no nos podemos ir y dejar el juego a la mitad. Seguro que ni mis amigos del cole no van a tener unas vacaciones tan chulas con un juego así, verás la cara de Javier cuando venga y se entere. Estoy muy ilusionada, pero papá parece preocupado y triste mirando todo el rato por la ventana, se está tomando muy enserio el juego, ¡Voy a preguntarle cuál es el premio!


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24/3/18
Página 5

Estamos preparados para hacer la primera prueba.
Tenemos que bajar, llegar hasta nuestro coche y ver si está en buenas condiciones. Después tenemos que volver a casa y habremos ganado un punto. Papá me dijo ayer que el premio, si ganábamos, sería irnos con mamá, tengo tantas ganas.
Papá está muy serio, hemos repasado mil veces el plan, dice que no puedo hacer ningún ruido, que tengo que hacer que no me vean y ser rápida. Dice que van muy bien disfrazados pero que no tenga miedo, son solo eso, disfraces.
Bueno diario, salimos ya.

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Hola diario, papá es tonto. Al final me ha dicho que no salga, que lo va a hacer él. Dice que así podré tener más energías para la siguiente prueba… Yo quería jugar hoy. Cuando llegue no pienso hablarle, ni voy a hacer los deberes ni nada.

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25/3/18
Página 6

Han robado el coche de papá. Cuando volvió a casa estaba enfadado y preocupado. Dice que algún otro concursante estará haciendo trampas, serán tontos.
Hoy me he vuelto a asomar a la ventana sin que papá me viera. Los disfraces que llevan dan mucho miedo... es como si estuvieran malitos y les doliera mucho la garganta.
También hay gente tumbada en el suelo, algunos hacen como que se mueven y otros se están quietos.
Hay coches rotos en la calle.
En la tienda de enfrente han roto los cristales para que de mas miedo, parece que dentro haya un monstruo o algo así.

Yo sigo enfadada con papá por no haberme dejado hacer la primera prueba. Él dice que es para que no me asustara y estuviera bien.

¿Dónde estará Javier? Ya debería haber llegado, se va a perder el juego. Como no venga no pienso compartir el premio con él.
Alguien acaba de gritar en el piso de arriba, papá ha salido corriendo a asomarse a la puerta, no me gustan los gritos...

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26/3/18
Página 7



He dibujado lo que vi por la ventana. En el suelo hay gente tumbada, y de pie hay gente andando muy despacito o quieta en medio de la calle. No he podido dibujarlos a todos porque no caben en el papel. También he dibujado un coche roto y la tienda rota a la derecha. Al fondo he dibujado más casas que tienen fuego. El cielo no se ve porque han puesto fuego y humo, no me gusta que no se vea el cielo, el humo es feo. También he dibujado a un señor que está en la calle y hace como que no tiene una pierna, sé que es mentira porque no se queja y sigue moviéndose, no me van a engañar.
No sé si enseñarle el dibujo a papá, ¿se enfadará?

Papá dice que la siguiente prueba es mudarnos al piso de abajo. Cuando le he preguntado el porque me ha dicho que los ruidos de arriba son de otros concursantes y que tenemos que alejarnos para que no nos vayan a hacer trampas. Son todos muy tramposos parece.

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27/3/18
Página 8

La gente disfrazada no me gusta, me dan miedo. No entiendo porque el juego tiene que dar miedo, sería más divertido si la gente no intentara asustarnos todo el rato. Mi papá se pone muy nervioso y eso que él es mayor y también sabe que es solo un juego.
Hemos hecho la segunda prueba y nos hemos mudado a la casa de abajo, es fea, está vacía y no queda casi nada. Solo están algunos muebles y no hay ni tele ni sillas y el baño está sucio.
Cuando hemos bajado por la escalera papá me ha dicho que no hiciera ningún ruido para que nadie nos escuchara. Al bajar hemos visto a un hombre sentado haciendo como que estaba muerto, pero yo sé que no porque nadie se puede morir así en la escalera. Mi papá dice que hemos tenido suerte porque cuando bajó a mirar lo del coche el otro día se fijó en que la casa estaba abierta y las llaves estaban en la cerradura, dijo algo de que los dueños se habían ido sin importarles si volverían o no… ¿a dónde se van a ir? Si no les gusta el juego que lo digan y ellos no cuentan, que tontos, yo no me iría de mi casa si no quisiera jugar.

Hemos traído las mochilas y algunas cosas más. Yo he cogido mi diario, mis lápices y mi muñeca. Papá le ha quitado las pilas para que no llore, dice que eso delataría nuestra posición. No sé que es delatar, se lo que es una lata, así que delatar ¿querrá decir que si nos pillan nos tirarán latas? No lo entiendo bien. Papá sigue serio, creo que no vamos ganando, a lo mejor le preocupa lo de las latas.


He hecho otro dibujo. A la izquierda está el señor que vimos sentado en mitad de la escalera haciendo como que estaba muerto, los puntitos negros son unos agujeros que había en la pared. He dibujado las escaleras para arriba porque no se dibujarlas para abajo. Nuestra nueva casa es la que le he dibujado una flor. La tela de araña en la puerta la quitó papá por la tarde porque a mi me daba mucho asco, yo la he dibujado.
También salimos papá y yo y la única silla que hay en la casa, y lo azul es el charco de agua sucia que hay en uno de los cuartos. 
Podríamos haber elegido otra casa....

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30/3/18
Página 9

Hace algunos días que no escribo. Ya vamos los primeros pero a mí me empieza a cansar un poco este juego. No es divertido...
El otro día, cuando me levanté vi a papá llorando... él no se enteró de que yo le estaba mirando. No me gustó nada y no entiendo que le pasaba, tenía una foto de mamá. Papá dice que tenemos que volver a mudarnos, dice que este lugar no es seguro.
Durante todo el día se escuchan unos golpes, están lejos pero son muy molestos, nunca paran ¿Qué serán?
El otro día me asomé a la ventana y vi algo muy raro, era uno de los hombres disfrazados, pero parecía muy nervioso. Era muy feo, con brazos muy largos y se movía mucho más rápido que los demás, no sé que le pasaría, a lo mejor buscaba a alguien y no lo encontraba porque como todos van disfrazados igual… Papá no sabe lo que es y no le gusta hablar del tema. Hice un dibujo, si lo encuentro lo recorto y lo pego en esta página.



Este es el dibujo, tiene los brazos largos y he dibujado un árbol que vi y me gustó mucho. Papá ha visto mis dibujos y no le gustan mucho, dice que podría dibujar otras cosas.

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1/4/18
Página 10

Papá ha matado.
Papá ha matado.

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2/4/18
Página 11

Hice algo malo, papá me dijo que no saliera de mi habitación, que él tenía que hacer una cosa y volvería enseguida. Yo me asomé y le vi salir de casa, solo llevaba una palanca, bajó las escaleras y salió a la calle. Desde la ventana vi como pasaba agachado para que no le vieran los disfrazados e iba de coche en coche forzando las puertas. Cuando estaba en el tercero la puerta se abrió y vi como como se metía en el coche, al ratito sonó el motor. Papá salió feliz del coche. Cuando iba a volver, uno de los disfrazados que estaba tirado en el suelo sin moverse alargó una mano y le cogió de la pierna. Yo estaba muy asustada, vi como papá agarraba la palanca y le metía la parte puntiaguda por la cabeza, una y otra y otra y otra.... hasta que el disfrazado dejó de moverse... la palanca se puso sucia y el suelo se lleno de suciedad también.

Cuando papá llegó y le conté lo que había visto se enfadó mucho conmigo, dijo que tenia que hacerle caso si quería ganar, si quería volver a ver a mamá. Yo no quiero jugar más.... Me dijo que aquello era un muñeco, no una persona disfrazada, un muñeco preparado para agarrar si alguien pasa cerca... No me lo creo... Ahora sueño con ese muñeco o disfrazado o lo que sea... Sueño que viene a por mí con una palanca y me da con el pico en la cara hasta que me la destroza... No puedo dormir bien, pero si se lo digo a papá se enfadará... Papá ha matado...

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3/4/18
Página 12


Sueño esto, un día, otro, otro, otro... Siempre lo mismo. Todo oscuro y el disfrazado al que papá mató me da en la cabeza con la palanca. Yo grito y me duele, al fondo está papá... mirando... sin hacer nada... Desde la oscuridad muchos ojos me miran... No puedo dormir...

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4/4/18
Página 13

Dice papá que a partir de mañana, cuando lleguemos al refugio, todo va a ser diferente. Dice que habrá muchos concursantes y que no estaremos rodeados de los disfrazados. Tendremos comida y agua caliente y habrá más niños con los que poder jugar y pintar. 
El refugio está cerca de una estación de autobuses y por lo visto los disfrazados no pueden entrar allí, es casa para nosotros.
Vamos a usar el coche con el que papá trasteó el otro día, el día que golpeó a aquel disfrazado... el de mis pesadillas.

Se me acaba de ocurrir una cosa... ¿Qué pasa con Javier? ¿Papá se ha olvidado de él? Si nos vamos y el llega sin que haya nadie no va a saber donde nos hemos ido y se asustará. Se asustará por nosotros, no creo que los disfrazados le den mucho miedo, mi hermano es algo rarito para estas cosas. Recuerdo un día que fuimos de excursión al zoológico y le mordió un monito que estaba suelto por los árboles. Se lo cargó,  cogió al mono y le apretó la cabeza... Pero otras veces es muy bueno y cariñoso conmigo.
¿Están todos locos en mi familia? Mamá quiero que vuelvas ya.

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7/4/18
Página 13

Ya estamos en el refugio, es todo un poco raro, me parece que la gente no se lo pasa muy bien con este juego. ¿Por qué no lo paramos? Yo prefiero ir a la playa o al campo como hicimos en las vacaciones pasadas. Papá dice que este sitio es fantástico pero a mi no me gusta.
Cuando llegamos había un montón de señores vestidos de guerra, con pistolas y escopetas y había tanques. Tuvimos que hablar con unos médicos que nos hicieron pruebas, papá me dijo que era para saber si estábamos haciendo trampas, no lo entiendo serán cosas de mayores.
Uno de los doctores se llama Emilio y es muy bueno, me dio un caramelo. El resto son muy antipáticos. Todos hablaban muy serios, decían cosas como infección, virus, infectado, evacuación y cosas que yo no entiendo, supongo que será sobre las reglas del juego y eso solo lo entienden los mayores.
Después nos tuvieron un día en una sala muy aburrida, solo había una cama, papá durmió en el suelo, pobrecito. Cuando Emilio nos llamó nos dio unas tarjetitas para que nos las colgáramos en el cuello. La mía es azul y pone 05902B, la de papá es amarilla, me gusta más la mía. Después de eso nos dijo que ya podíamos vivir en el refugio, no se a que se refería con vivir pero yo ya tengo mi casa... no voy a vivir aquí. 
Estamos en un centro comercial, pero lo han cambiado. Han puesto sábanas para hacer habitaciones y parecen tiendas de campaña. 
Hay mucha gente, también otros niños, pero papá todavía no me deja hablar con nadie, dice que primero tiene que conocerlos él y dice que si no son tramposos entonces les dejará hablar conmigo.
Papá me sigue diciendo que escriba en este diario pero yo quiero salir de la habitación y pasear e investigar a ver que encuentro.
A veces se escuchan algunos gritos de pelea y algún bebé llorando, pero normalmente está todo muy callado, la gente habla en susurros, supongo que planean como ganar y no quieren que nadie les copie.
Aquí dentro no hay disfrazados y eso si me gusta.
La comida no me gusta... papá dice que es lo que tenemos que comer pero yo le digo que si es un juego tiene que ser divertido y comer comida que no me gusta no me divierte, el dice que es una prueba para ver si los más valientes son capaces de comérsela, y si alguien no se la come se va del refugio y pierde... Este juego es un poco caca...
Ahora ha entrado un señor vestido de guerra (creo que se llama militar, es un nombre muy feo) y está hablando con papá, papá ha dicho algo de rutina pero yo no lo he entendido. 
Las pesadillas siguen...
Ahora tengo más, sueño con los disfrazados que vimos al venir aquí en el coche... no me gusta escribir de eso ni pensarlo porque si no cuando duerma veré sus caras... son tan feos... la señora del pan también estaba disfrazada pero no me saludó, se quedó mirándome y empezó a andar más deprisa para pillarnos.
No me gusta recordarlo, ahora voy a ver de que ha hablado papá con Militar, yo a mi hijo nunca le pondré ese nombre.

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8/4/18
Página 14

 Tenemos que levantarnos a las ocho porque pasa Militar revisando a ver si estamos todos bien. No me gusta, si estoy de vacaciones quiero dormir todo lo que quiera... Papá dice que es otra prueba, que prueba más rara y tonta.
Eso no me gusta, las camas no me gustan, las habitaciones no me gustan, la gente de aquí no me gusta, este sitio apesta, estoy enfadada con papá. Yo no quiero seguir jugando a esto, quiero volver a mi cama y estar con mamá, papá y Javier viendo la tele...
Hace muchos días que no veo la tele... que aburrido es todo...
A demás ayer pasó Militar dándonos ropa, una ropa feísima y muy vieja, yo le he dicho a papá que no pienso ponérmela.
Y quiero salir de la puñetera habitación! Me da igual que papá no me deje, esta noche cuando esté en la cama pienso salir... 

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12/4/18
Llamada telefónica realizada a las 03:00 A.M.

¿Papá?Papá, soy yo, Helena, no se que está pasando, quiero dejar de jugar ya. Ven a buscarme por favor llevo varios días aquí escondida, me dan miedo los señores disfrazados, están todos locos. Por favor papá no te enfades conmigo yo solo quería salir a ver que pasaba alrededor, ven a buscarme papá.
Estoy en un cine creo, no lo sé muy bien, ven a buscarme papá por favor, les estoy escuchando fuera no paran de hacer ruido diles que dejen de asustarme por favor...

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07/12/21
Página 15

Solo puedo sobrecogerme al volver a Sevilla, al centro comercial en el que estábamos resguardados mi padre y yo hace ya tres años si no calculo mal, he perdido la noción del tiempo.
Me parece que haya pasado una década, sin embargo hace solo tres años estaba aquí con él. Por supuesto no queda nada, está todo desordenado como si un tifón se hubiera colado en el "refugio". 
Me vienen recuerdos, nuestra habitación improvisada hecha con sábanas, mi mochila, algunos juguetes que me llevé y... mi diario.
Al releer las páginas me entran ganas de llorar, pero no lo hago, ya no lloro, he aprendido a convivir con el dolor y la tristeza.
Tantas cosas han pasado... tres años y cuando leo estas páginas me parece que estuviera leyendo a una niña... sin embargo a penas he crecido físicamente. No puedes sobrevivir ahí fuera siendo una niña, maduras de golpe, casi sin darte cuenta.
Mi padre decía que era un juego, que loco estaba, al leer las páginas anteriores recuerdo con cariño su cara de preocupación y yo que solo pensaba en el "juego", los "disfrazados", y los niños que hacían "trampas".
Aquel 8 de abril del año pasado hice algo que me salvó la vida... sin embargo todavía me pregunto si al permanecer en el refugio podría haber ayudado a mi padre, tal vez se quedó allí buscándome y por mi culpa le atraparon. 
No existen los puntos seguros, los refugios, las zonas limpias, son todo utopías. El último sitio al que he aprendido que ay que acercarse es a estos "puntos seguros". 
Gente agolpada sin ningún control, preocupada, asustada y nerviosa. El caos puede llegar en cualquier momento... es lo que pasó en el refugio en el que estábamos, en el centro comercial Plaza de Armas.
Yo no sabía que estaba pasando, salí a dar una vuelta.... pequeña idiota ¿en que estaba pensando? En nada supongo.
Estaba todo lleno de disfrazados (es curioso que varios años después siga usando esa palabra) se movían de un lado a otro, daban tumbos, otros simplemente estaban tirados en el suelo... Uno de ellos me vio y me asusté, salí corriendo y recuerdo que me encerré en un cine cercano. Estaba aterrada, los disfrazados de la calle habían empezado a hacer ruidos y a moverse... ¿Tuve yo la culpa de que se agitaran? Si, pero ¿tuve yo la culpa de que los militares empezaran a disparar? No, para nada.
No fue culpa mía que aquella noche fuera la última para el refugio, tarde o temprano habrían sucumbido, simplemente tuve suerte y pude escapar de aquella ratonera en la que solo podíamos esperar a morir, no tenía futuro.
Pasé varios días allí metida, escuchando los disparos en la calle, estaba aterrada. Recuerdo haber llamado alguna noche al móvil de mi padre con un teléfono que encontré, sin obtener resultados.
A los tres o cuatro días el silencio en la calle volvía a ser absoluto, ni un gemido, ni un disparo en 24h, así que decidí salir. 
En aquel momento gran parte de mi niñez se esfumó de golpe, todas aquellas personas que yo creía que estaban disfrazadas y que formaban parte de un juego estaban tiradas por la calle con los sesos por el suelo... Recuerdo que no quería creerlo, o no lo entendía, no sé, solamente andaba entre los cadáveres esparcidos por toda la calle. 
Cuando llegué a la puerta del centro comercial sentí que no era yo la que estaba allí, estaba presenciándolo todo en tercera persona, no entendía nada y mi subsconciente tampoco quería asimilarlo... Los cristales rotos, los casquillos por el suelo, la sangre, los cadáveres... los militares en el suelo... los refugiados por el suelo... mi padre en el suelo... Estaban todos muertos, y aquel silencio tan absoluto. La ciudad estaba muerta, todos estaban muertos... todos menos yo....
No sabía que hacer.
Mi padre estaba tirado en el suelo con la cara ensangrentada, me pasé varias horas en un rincón llorando, no me atrevía ni a moverme, no comprendía absolutamente nada.
No recuerdo que hice los días siguientes, creo recordar que vagaba por el centro comercial, esperaba inconscientemente que todo fuera una broma y que se levantaran, volviéramos a casa y todo fuera normal...
Estuve dos noches sin dormir, allí sentada en el rincón con la mirada perdida...
Helena, la Helena que mi familia conocía murió aquí dentro, cuando salí no se quien era, pero no era la misma persona.
Desde entonces he sobrevivido por mí misma, a veces ayudada de otros, pero siempre manteniendo las distancias, no quiero perder a nadie más.
Tengo que dejar de escribir, hay que ponerse en marcha, cuando haga otro parón seguiré escribiendo lo que recuerde, en tres años han pasado demasiadas cosas...

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08/12/21
Página 16

¿Por dónde iba? Recuerdo estar varios días en el refugio, lo que quedaba de él. No recuerdo bien que hice allí, supongo que estaba en estado de shock, sin embargo recuerdo el rugido de un vehículo en la calle rompiendo toda la calma, el silencio y la quietud del lugar.
Salí, no pensé que pudiera ser una amenaza, ni siquiera una trampa o algo parecido, me movía como si fuera uno de los disfrazados.
Cuando crucé la puerta en efecto vi un vehículo del que se estaban bajando tres personas. Fueron mis primeros "ayudantes", quiero llamarlos así porque como ya he dicho no quiero volver a estrechar lazos con nadie, son simplemente eso, ayudantes.
Álvaro, Marco y Raquel.
Álvaro era agente de policía, o al menos antes de que todo esto pasara. Marco y Raquel eran un matrimonio de mediana edad, algo más de cuarenta años. Fueron ellos los que convencieron a Álvaro de que me fuera con ellos, él no quería dar su brazo a torcer, yo en su situación no habría querido y no lo habría permitido.
No se que relación tenían la pareja con el otro, que tendría unos treinta años, no eran familia eso seguro, tampoco pregunté, como ya he dicho estaba en estado de shock.
Habían venido al refugio a ver si continuaba en pie, estaban recorriendo todos los refugios de la ciudad y todos estaban igual.
Me preguntaron un sinfín de cosas, mi nombre, mi edad, dónde estaban mis padres, que me había pasado, donde vivía, si me había atacado uno de los disfrazados, si había visto a alguien por allí... preguntas y más preguntas...
Como no respondía a nada me subieron al coche, Raquel era muy buena conmigo, es una lástima lo que le pasó, pero en fín, hoy en día nadie está a salvo.
Recuerdo ir de un lugar a otro por la ciudad, recuerdo el ruido de los disparos, los disfrazados intentando atacarnos, sus sesos por los aires... Yo era solo una niña, no comprendía nada, llegué a pensar que era una pesadilla y llamaba a mis padres...
Álvaro y Marco murieron, bastante pronto, pero no muy rápido por desgracia para ellos. Fue una estupidez, un descuido, pero a mi me sirvió para aprender. Aquella era la escuela ahora, ya no había libros que leer ni profesores a los que atender, ahora se aprendía así, viendo como otros cometían fallos y anotándolos en la memoria. 
Nunca tomar alcohol, esta es la primera norma que aprendí aquella noche. Los dos bebieron y discutieron, la discusión subió de tono y simplemente atrajeron a los disfrazados con sus gritos. Me despertó Raquel, con la cara empapada en lágrimas y nerviosa, me cogió en brazos, me dijo que todo iría bien y salimos por la puerta de atrás. Esta es la segunda lección, siempre tener una puerta de atrás (por desgracia no lo aprendí aquella noche...) Recuerdo correr descalza por un descampado, muerta de frío, solo con una manta, y de la mano de Raquel, nos escondimos en una obra.
Ninguna de las dos pudimos dormir, Raquel no dejaba de llorar, creo que estuvo toda la noche haciéndolo. Yo no lloraba, seguía en shock.
Lo siguiente que recuerdo es estar andando con Raquel por la orilla del Guadalquivir, era temprano, muy temprano. Hacía muchísimo frío y el cielo a penas tenía un tono oscuro anaranjado.
El ruido del río me reconfortaba.
No se cuantos días estuve andando con Raquel... no se si fueron días, semanas... Recuerdo estar andando por el arcén de una autopista y encontrar un polígono industrial.
Nos escondimos en una de las naves.
Raquel me contó que era profesora de bellas artes antes de que todo esto pasara, le encantaba pintar y siempre había soñado con ser una pintora famosa, cuando los disfrazados aparecieron en las noticias ella a penas podía creerse nada, no recuerdo que más cosas me contó. Yo hablaba muy poco... no le dije nada de mi padre ni del "juego"
La noche que pasamos en una de las naves aprendí mi segunda lección: ten siempre una vía de escape, una puerta de atrás.
Cuando cuatro disfrazados irrumpieron en el cuarto en el que estábamos a penas tuve unos segundos para reaccionar. Recuerdo abrir los ojos y ver a Raquel en el suelo, gritaba, no se que decía, solo me dí la vuelta y crucé la puerta de atrás.
No sé como fui capaz de actuar así, puede que en aquel momento ya no fuera una niña, tal vez seguía en shock, solo sé que me salvé.
Los pies me dolían, lo bueno de ir descalza era el poco ruido que hacían mis pasos en el cemento, tercera lección: No deben oírte.
Seguí caminando por la carretera, no lo sabía peri iba dirección Carmona, el lugar desde el que la infección entró en Sevilla.
La carretera estaba desierta, había algunos grupos de coches destrozados, prueba de los accidentes de tráfico que el pánico provocó en la población.
Evitaba acercarme a la carretera, lo justo para saber en que dirección dirigirme.
A lo lejos veía figuras humanas, empecé a identificar a los disfrazados como enemigos y a comprender que, a pesar de no saber que eran, tenía que esforzarme por que no me vieran.
Tardé en llegar dos días, era lenta, iba con mucho cuidado y era una niña. Un adulto habría terminado el recorrido en menos de un día pero a mi me pareció una eternidad.
Antes de entrar en Carmona encontré mi segundo grupo de "ayudantes", pero eso ya lo escribiré otro día, hay que continuar.

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09/12/21
Página 17

 Si hace tres años me hubieran contado que pasaría por todo esto me habría reído. Parece todo salido de un cuento de miedo, de una película de terror de las que tanto gustaban a mi hermano Javier... Javier... todavía me duele recordarlo. La gente ha cambiado, está cambiando, yo misma no me reconozco pero Javier... jamás pensé que a él le afectaría así.
Estamos en Córdoba, vamos rumbo a Francia.
Tranquilo diario, te lo explicaré.
Estuve con varios grupos de supervivientes después de la muerte de Raquel, llegué a Carmona y recuerdo ver todos aquellos cadáveres y disfrazados.
Encontré a un grupo de gente que estaba encerrada en una escuela, me quede con ellos algunos días, hasta que también ellos cayeron.
Si te quedas quieto mueres, es así de simple, no intentes instalarte en ninguna parte ni crear un refugio, hay que estar en constante movimiento.
Recuerdo al padre Ramírez, la señorita Estefanía, aquel hombre barbudo... ¿cómo se llamaba? No lo recuerdo. Serían unas diez personas, unos más simpáticos que otros pero en general gente amable.
A penas en unas semanas los infectados estaban devorando sus vientres.
¿Dónde fui después?
Creo que anduve por el campo, es el lugar más seguro, por lo general no suelen aparecer muchos infectados en grupo. Recuerdo el silencio absoluto, la calma, la quietud de todo lo que me rodeaba... el sonido de las hojas movidas por el viento... Si no fuera por esos disfrazados sería una visión muy bonita.
Recuerdo estar varios días andando por el campo, muerta de hambre, frío y sueño.Me alimentaba de lo que encontraba en algunos graneros y casas abandonadas, no se como no morí en aquellas condiciones...
Ya me acuerdo, encontré un gran refugio, enorme, una gran extensión de terreno vallada y con tiendas de campañas por todas partes.
Antes de venir a Sevilla hemos pasado por allí, Chaparro de la Vega se llama.
Lo encontré de casualidad, siguiendo un río, si no lo hubiera encontrado habría muerto seguramente.
Estuve bastante tiempo allí, ¿dos meses?¿tres?
Allí aprendí la mayoría de trucos para sobrevivir fuera. Todo me lo enseñó Julian, un antiguo profesor de gimnasia, era fuerte y valiente... también murió.
Todos mueren alrededor mía.
Cuando tuvimos que escapar recorrimos la costa, Málaga, Almería, Murcia. Cuando llegamos a Benidorm con la intención de ir la isla de Ibiza éramos unas quince personas. Cuando llegamos a Ibiza éramos cinco menos, a la semana sólo quedábamos cuatro.
Si alguien está leyendo esto le recomiendo que no se acerque a las islas, reina la anarquía y la ley del más fuerte. A penas quedan disfrazados, pero allí no son ellos el problema, bandas de delincuentes se pasean por las calles haciendo lo que les viene en gana y disparando contra todo lo que consideren una diana digna. Creo que fueron de los días más duros que he pasado.
Tuvimos que abandonar la isla robando una lancha, Julián me salvó la vida, si no hubiera sido por él me habría quedado encerrada en aquella bodega donde me tenían esos salvajes.
Una vez en la península de nuevo teníamos una leve idea de a donde dirigirnos. Habíamos escuchado que en África la infección a penas había afectado a la población.
No sé porque pensamos que sería cierto, tal vez la necesidad de no darnos por vencidos y tener un objetivo.
Recorrimos de nuevo la costa en dirección contraria.
Eva murió por el camino.
No del ataque de un disfrazado, se puso enferma. Estuvimos varios días metidos en una casa intentando que se mejorara pero no hubo manera. No supimos de que fué.
Cuando llegamos a Tarifa nos quedamos atónitos, había todo un negocio montado por algún tipo de mafia para cruzar el estrecho.
Era una especie de suburbio gigantesco montado entorno a aquella especie de control.
Había que pagarles, pero no con dinero, el dinero ya no es útil no vale para nada. Había que pagar con mujeres...
Recuerdo como acribillaron a Julián a balazos cuando se enfadó al enterarse. Simplemente comenzaron a disparar y su cuerpo cayó al suelo.
No recuerdo el nombre del otro hombre con el que viajábamos, me llevó lejos de aquellos tipos y nos metimos en los suburbios.
Aquella gente estaba igual que nosotros, querían cruzar pero al ver la situación simplemente podían acampar en los alrededores y esperar.
Sangre, vómitos, basura, excrementos... aquello era asqueroso, para colmo se acercaba el verano y los cuerpos en descomposición olían fatal.
¿Cuánto tiempo estuvimos allí instalados? Semanas creo recordar.
Teníamos que escondernos pues había gente que ante la desesperación raptaba mujeres en aquellos suburbios para entregárselo a los mafiosos a cambio del trayecto a Marruecos.
Un grupo de personas conseguimos colarnos de manera clandestina en una de las barcas.
Llegamos a Marruecos.

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10/12/21
Página 18

No creo que nadie se hubiera imaginado que estas personas fueran a ser las que mejor llevarían una situación así. Eran inmunes, por así decirlo, pero no a la enfermedad, si no al caos que esta llevaba a la sociedad.
Quiero decir que era como si para ellos fuera un obstáculo más que soportar y llevar con alegría. Sí, alegría.
Estoy hablando de hombres, mujeres y niños sin nada que llevarse a la boca, sin comida, sin un techo, que de repente ven como los muertos comienzan a levantarse y a caminar por las calles.
Cuando llegamos a África y vimos aquello no entendimos como personas desnutridas, sin nada, podían seguir sonriendo, mientras al otro lado del Mediterráneo el principal problema para el hombre era el hombre.
No consigo encontrar las palabras, fue así como me quedé, boquiabierta...
Son las personas más valientes que he visto.
Cuando les hablaban de catástrofe, del fin del mundo y todo eso simplemente sonreían y decían que no era para tanto, que ya se solucionaría, que había que estar feliz por mantenerse vivo...
Allí conocí a Babacar, un chico de Senegal que, aunque él no lo sepa, me ha ayudado mucho. Me enseñó a no rendirme nunca, a luchar, a despertarme cada día e intentar sonreír a pesar de lo mal que vayan las cosas.
Recuerdo una vez:
Estábamos alojados en una tienda de campaña improvisada, en las afueras, evitando el ruido y el olor... ese olor...
Una de las noches un disfrazado sorprendió a uno de los que estaban haciendo el turno de guardia y le destrozó el cuello. Salimos y acabamos con él, pero el pobre chaval no tenía salvación, se desangró a los pocos minutos. Ninguno pudimos dormir lo que quedaba de noche, yo estaba muy deprimida. Al amanecer algunos empezaron a dormirse a causa del cansancio, pero Babacar no estaba entre ellos. Cuando me alejé a echar un vistazo a ver si le encontraba, le vi sentado en una roca contemplando unas flores que crecían alrededor.
Recuerdo que yo estaba bastante mal, no había dormido y encima lo de aquel pobre chaval que hacía el turno de guardia me había hundido más.
Babacar no estaba triste, ni siquiera preocupado, contemplaba las flores. Cuando le pregunté si no le asustaba morir, si no le asustaba todo esto me respondió:
<<Helena, ¿por qué tener miedo? Yo confío en Dios, pues ¿acaso no ves estas flores? No pueden moverse, no pueden defenderse, sin embargo Dios las viste de este hermoso color y las protege y les da alimento. Entonces, ¿que no va Él ha protegernos a nosotros? Solo hay que tener Fé>>.
Aún hoy sus palabras me parecen increíbles, en medio de este enorme caos, de toda esta muerte y desesperación, un niño con aproximadamente mi edad es capaz de mantener la calma y la alegría gracias a su Fé...
En aquel continente pasé malos momentos, muchos malos momentos. El hambre, las enfermedades, por supuesto los disfrazados, la dificultad para comunicarme... todo esto tendría que haber hecho que recordar los meses en África me quitaran el sueño, sin embargo no sé porque lo recuerdo todo de manera feliz... Tal vez sea el espíritu de esa gente que se contagia... no lo sé, pero he aprendido mucho.
Sin embargo al volver a mi país lo primero que me encuentro es a mi hermano... bueno, ya no era mi hermano, ya no era Javier... no el que yo conocía...
Me es difícil pensar en esto, hace apenas unos días que pasó...
¿Qué por qué nos dirigimos a Francia?
Por todas las radios está llegando un mensaje, en Francia se están recuperando, están creando una nueva civilización, poco a poco y con esfuerzo.
Un control estricto y exhaustivo impide que la enfermedad entre. Queremos ver como es aquello. aunque quien sabe... Tal vez es un mensaje antiguo, puede que cuando lleguemos solo queden escombros y más disfrazados...
¿Qué haremos entonces? Continuar andando, sobreviviendo, nunca hay descanso. A veces pienso que sería mejor morir y dejar de escapar, dejar de huir. Sin embargo recuerdo a Babacar cuando me decía <<Si tu aún estas viva, será por algo. Alguien tiene un plan para tí, puede que no lo entendamos hoy, ni mañana, pero las cosas no pasan porque sí. ¿Por qué llegar tan lejos para rendirse? Ya que estás espera un poquito, puede que haya una sorpresa y encontremos la luz al final del túnel>>


A demás se lo debo a papá,
 tengo que ganar el Juego.


3 comentarios:

  1. Otro diaro emocionante. Muy entretenidos estan todos. Eso de que el padre trata de protejer a Helena diciendole que todo es un juego, parece tan real...Bueno, son todos alucinantes. Espero mas jajaja.

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    1. Muchas gracias por tus comentarios, ahora mismo con los examenes no tengo mucho tiempo, pero cuando pasen volveré a publicar con regularidad.
      Un abrazo!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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